AÑO IV - Nº5, DICIEMBRE 2004 / ENERO 2005
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EDITORIAL
 

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EL ESTADO EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN Y EL CONOCIMIENTO

Eduardo Araya*

La organización política de la sociedad es una construcción histórica que evoluciona de manera diferente, dependiendo de realidades globales y particulares de cada lugar y tiempo. El Estado es probablemente la construcción política mas relevante de la modernidad. No obstante, hacia fines del siglo XX, aparte de las duras críticas de los mas diferentes sectores políticos e ideológicos, respecto de sus capacidades para enfrentar los mas diversos desafíos, constituye una realidad plenamente vigente. En los últimos años diferentes enfoques han propuesto abordar la problemática del Estado, o de sus componentes, con la intención de adecuarlo a los requerimientos de los nuevos tiempos. Así han surgido respuestas para Reformar el Estado, para resustancializarlo, para reducirlo, o para reinventar el Gobierno, entre otras.

Pretendemos realizar aquí, una reflexión que permita encontrar orientaciones respecto de las demandas y condiciones que la Sociedad de la Información y el Conocimiento hace e impone al Estado de este nuevo siglo, atendiendo a su naturaleza y fines.

Ante ausencia de marcos definitivamente aceptados parece importante analizar rasgos distintivos de la llamada sociedad de la Información en los ámbitos de la tecnología, la economía y la globalización, susceptibles de ser vinculados al rol del estado, sus funciones y capacidades. Particularmente interesa porque es plausible trabajar con la hipótesis de que estamos ingresando, de manera inevitable, a una nueva forma de resolver fundamentales problemas que han inquietado a la humanidad desde hace mucho tiempo.


La Sociedad de la información y el Conocimiento

En la segunda mitad del Siglo XX se observa un profundo proceso de transformaciones en el modelo capitalista de desarrollo, que se acelera en grado impresionante hacia fines del siglo, abarcando cambios en las matrices económicas, tecnológica, política, social ideológica y cultural, con el consecuente efecto en la vida de las personas y las sociedades.

Desde luego caracterizar la Sociedad de la información y el Conocimiento es una tarea de largo alcance por lo tanto haré una síntesis basada en algunas lecturas y en las reflexiones que ellas me han provocado, sobre tres rasgos distintivos y que me parecen mas relevantes. La intención es avanzar en la construcción del perfil del Estado, frente a este proceso que transforma de manera radical el contexto en el que la labor de éste se desenvuelve, transformándolo en su quehacer, sus fines, sus estructuras, sus potestades, sus capacidades y quizás su esencia.

1) Desarrollo tecnológico: Si bien, como dice Castells, la tecnología no determina la sociedad, el impactante cambio -entendido como revolución de la tecnología de la información- se expresa en diferentes ámbitos del quehacer humano y particularmente en las comunicaciones (entre personas, organizaciones, instituciones) y en la captura, procesamiento y utilización de la información (para optimizar procesos productivos de bienes y servicios). Se debe considerar además el prodigioso avance en el mapeo del genoma humano que tendrá seguramente implicancias en el futuro desarrollo de la biotecnología, incorporando nuevas interrogantes, dudas y posibilidades en la vida de las personas, a partir de las múltiples aplicaciones posibles que se pueden derivar en el desarrollo de la informática y las comunicaciones, además de la medicina y los sistemas productivos y de investigación.

La tecnología ha provocado entre muchos de sus impactos uno de la mayor relevancia, esto es la transformación que ha tenido en nuestras sociedades el concepto del tiempo. “Este tiempo lineal, irreversible, medible, predecible se está haciendo pedazos en la sociedad red, en un movimiento de significado histórico extraordinario...es la mezcla de tiempos para crear un universo eterno, no autoexpansivo, sino autosostenido y no cíclico, sino aleatorio, no recurrente, sino incurrente: el tiempo atemporal”. (Castells 1999.467). ¿Cómo entonces definir políticas, hacer leyes, tomar decisiones, definir el interés público, establecer acuerdos, firmar tratados, en suma gobernar y llevar el timón de la nave sociedad hacia el futuro?.

2) En el contexto de la llamada nueva economía: El grado de interdependencia e interconexión en la economía mundial se ha incrementado dramáticamente y eso mismo puede ser también observado en el sistema político internacional, el cual puede ser mirado como una web de interdependencia. (Dicken, 1999.79).

Algunas funciones del estado, que son prioritarias desde el punto de vista económico: Como “contenedor” de prácticas e instituciones únicas y distintivas, como regulador de las actividades, como competidor con otros estados tal como puede competir una firma con otra. Al decir de Porter, las diferencias en las estructuras económicas nacionales valores, cultura, instituciones, historia contribuyen intensamente a generar diferencias competitivas. De allí la importancia del Estado en el papel que pueda jugar la actividad comercial, la inversión extranjera y las políticas de desarrollo. Finalmente la otra función tiene que ver con la circunstancias de la incorporación a los grandes bloques regionales, identificándose la integración económica como una de las condiciones mas favorables para potenciar el desarrollo económico. (Dicken, 1999. 80)

Es en ese contexto que resulta particularmente interesante analizar el papel del Estado ante el efecto de la sociedad de la información en la organización del trabajo como actividad humana, y en el proceso educativo. Deberemos formar, hoy, profesionales y técnicos para el mundo, y para que trabajen en cualquier lugar del planeta, para que trabajen con otros individuos provenientes de lugares diferentes y distantes y para que inicien su proceso de aprendizaje sin terminar jamás de aprender. Sin embargo, siendo el trabajo el medio de la especie humana para comprender, modelar y modificar su entorno y su vida la organización del sistema de producción de bienes y servicios, deberá contemplar una doble condición ética: la de la eficiencia (frente a demandas crecientes de la sociedad el uso óptimo de los recursos se hace obligación ética) y de la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida de las personas.

3) El proceso de la globalización: Partiendo de la premisa que el proceso de globalización es un fenómeno también comunicacional, pero a la vez económico y cultural y que muy probablemente se habría visto demorado, sin contar con las tecnologías de la comunicación disponibles hoy día.

La globalización puede ser pensada al inicio de su estudio como un proceso amplio, profundo y veloz de interconexión a nivel de todo el mundo en todos los aspectos de la vida social, (Held 2001.2) que va desde las expresiones mas elevadas del ser humano hasta las mas repugnantes. Puede ser concebida como un procesos altamente diferenciado el cual encuentra expresión en todos los aspectos claves de la actividad social (Held.2001.12) y, podemos agregar, con influencia en todos los aspectos de la vida humana.

¿Habría globalización, mas allá de los mercados tradicionales sin desarrollo tecnológico para el manejo de la información?. Este mismo proceso mirado desde distintos enfoques aparece siendo causa y efecto en la Sociedad de la Información y constituye uno de los rasgos mas radicales de la transformación económica, cultural y social, generando nuevas interrogantes en la tradicional dinámica del Estado y particularmente en las relaciones que los Estado deben establecer, manteniendo su naturaleza.

El Estado mirando hacia el Siglo XXI

El Estado como construcción histórica se encuentra en medio de la problemática de la transformación social. Finalmente es el estado quien a través de las leyes, políticas, programas y actividades establece los marcos normativos y orientadores del quehacer de las sociedades.

Durante la segunda mitad del siglo XX junto con identificar el comienzo de la crisis fiscal que devino en crisis del estado de bienestar, se iniciaron en prácticamente todos los países procesos de reforma del estado dirigidos a modernizarlo de tal manera de adecuarlo a las demandas y retos de los tiempos que se vivían.

Estos procesos han tenido diferentes orientaciones, pero básicamente, es posible identificar dos grandes etapas, aquellas de la décadas del setenta y de los ochenta que se pueden resumir en la idea de la retirada del estado y la irrupción del mercado y que se caracteriza por la reducción del tamaño del estado, la desregulación de importantes áreas de la economía y la devolución de importantes ámbitos de acción a los particulares. Por otro lado y a partir del Informe del Banco Mundial del año 1997 se revitalizó la presencia del estado como factor clave para avanzar en el desarrollo de las naciones.

Es importante señalar que el Estado durante el siglo XX fue un eficaz promotor del desarrollo científico y tecnológico a través de su intervención directa en diferentes ámbitos, y del cual se pueden mencionar los estudios sobre estrategia, aplicados posteriormente a la empresa, o los desarrollos derivados de la carrera espacial, o los avances en medicina a través de hospitales públicos, y, en general mediante la Universidad estatal. En general la mayor o menor intervención del estado, si bien lo puede hacer aparecer más fuerte o mas débil, según el caso, no reduce su importancia e influencia.

¿Cuáles son las exigencias de la sociedad red?

Las redes, según Castells, constituyen la nueva morfología social y sus modalidades de acción y de enlace y comunicación transforman sustantivamente la operación y resultados de los procesos de producción, la experiencia, el poder y la cultura.(Castells, 1999.507). Un estado para esta sociedad debería complementarse, ajustarse, integrarse y de pronto fusionarse con ella (la sociedad), manteniendo sus capacidades y poderes que le son connaturales a su esencia. La multiplicidad de organizaciones sociales, representantes de intereses diversos y múltiples puede provocar una congestión de demandas y saturar las capacidades del estado para responder.

La posibilidad de extremar las capacidades de comunicación del estado con los ciudadanos a través de la red utilizando para ello todas las facilidades que pueda entregar el e: goverment será útil. Por otro lado la posibilidad de ampliar sustancialmente las opiniones que los ciudadanos y las personas en general, jóvenes, niños, ancianos, trabajadores, todos los integrantes de la sociedad a los legisladores a cargo de hacer la ley puede también contribuir a tener un parlamento mejor sintonizado con las demandas e interese e aquellos que les entregaron el poder para hacer la ley. Asimismo se puede contribuir eficazmente a trasparentar la función legislativa.

Una red es un conjunto de nodos interconectados, siguiendo a Castells. Las redes son estructuras abiertas capaces de crecer sin limitaciones, manteniendo los mismos códigos que les permitan estructurar una comunicación fluida. Muy probablemente el estado actual y con mayor razón el del futuro deberá mantener entre sus principales capacidades la de mantener una comunicación y una interacción fluida con redes de demandas y de acción de la sociedad civil, del mundo exterior y de sus propias agencias distribuidas y descentralizadas y desconcentradas en su territorio y también con otras presentes en otros territorios

El estado debe aprender a adecuarse a la transformación social, la turbulencia, velocidad, intensidad y globalidad de los cambios que requiere de un estado extraordinariamente ágil, atento y eficaz, con un alta capacidad de seguimiento y adaptación para monitorear, orientar y regular la inestabilidad natural que generan dinámicas del desarrollo científico, y de las aplicaciones tecnológicas en los mas diversos ámbitos de la vida en sociedad.

A modo de conclusión: ¿Qué Estado entonces?

El estado en la sociedad de la información y el conocimiento debiera centrarse en su papel de cohesionador e integrador de la sociedad, entregando las bases para la reducción y control de los naturales conflictos de la sociedad, particularmente en un mundo turbulento y globalizado, lo que supone regular lo necesario e intervenir en la medida de lo social y políticamente pertinente, para asegurar gobernabilidad, facilitando la protección de los derechos de las personas en un contexto de cambio acelerado y de alta competitividad, regulando las condiciones que permitan la interacción de los individuos y las organizaciones independientemente del territorio geográfico en que vivan, e incorporando a los individuos y las agrupaciones en la solución de sus problemas inmediatos, en la formulación de las políticas y en las grandes decisiones referidas al futuro de las sociedades.

El actual cuadro de transformaciones nos lleva preguntarnos si existen efectivamente cambios en cuestiones esenciales que conforman el concepto de estado. Por ejemplo siguiendo a Held deberíamos preguntarnos si se encuentran en modificación elementos tales como la territorialidad, el control monopólico de la fuerza y la violencia, una estructura impersonal del poder y los componentes de legitimidad necesarios. (Held.2001.45). Pareciera ser que en todos aquellos casos hay cambios que, sutiles o no, están reconfigurando la esencia básica del estado. A modo de ejemplo y -en razón de los límites del presente trabajo- se pueden mencionar, como efectos en aquellos elementos, hechos tales como la integración económica y política, la presencia de tribunales internacionales (TPI), unidad monetaria y otros problemas que constituyendo parte de la agenda global, que construida con arreglo a intereses y expresiones de poder, marca las preocupaciones básicas de los países (medio ambiente, salud, lucha contra el crimen organizado, terrorismo y varios más).

Está mas que claro que la respuesta neoliberal caracterizada, entre otras cuestiones por: la búsqueda del estado mínimo, fuerte ajuste fiscal, mercados desregulados, apertura comercial, flexibilización de los mercado laborales y condicionada por la necesidad de regímenes con autoridades sólidas, tocó fondo al correr de los “90. porque se tornó incapaz para las emergentes necesidades de la globalización de los mercados y de la inserción de los países en el mundo y ante las necesidades derivadas de la construcción democrática, y de la actualización de las viejas estructuras burocráticas.

No se debe desconocer que en estos tiempos han surgido alternativas de variada denominación, según el cristal con que se mire, neoinstitucionalista, neoestructuralista, desarrollista, progresista, las que -énfasis más o menos en determinadas cuestiones- coinciden en:

- La necesidad de regular los mercados
- Búsqueda de complementariedad entre lo público y lo privado.
- Profundizar la democracia.
- Un estado del tamaño necesario, ágil, flexible y capaz.
- Un nuevo concepto de eficiencia.

No obstante, estas alternativas se encuentra con realidades un poco mas complejas. Hechos tales como: la utilización extendida de las tecnologías de la información, consecuentemente la ubicuidad ya no solo del estado sino que también de la sociedad y sus demandas, el tremendo impacto de la biotecnología y la necesidad creciente del desarrollo de la bioética, la geografía como componente sustancial, cambio del concepto de tiempo y espacio, una redefinición de la concepto de sector público y sector privado y una nueva manera de ver el papel del estado y del mercado, la necesidad de cooperación con la red universal y caótica y con el mosaico reunido de disciplinas, enfoques, nacionalidades, geografías, pensamientos políticos, religiosos diversos y distantes, entre otras. Todo ello en un mundo participativo y masivo.

Así, es menester de la supervivencia del estado y quizás de la sociedad –tarea nunca terminada- descubrir nuevas formas de hacer y de recrear la relación con la sociedad civil nacional e internacional y con las personas que son los entes básicos y fundamentales de la transformación social. Si ya existe e concepto de e:goverment Parece posible hablar en el futuro de democracia electrónica y es claramente posible pensar en una sociedad civil mas cercana al Estado a través de Internet. Se hace imprescindible, entonces, comenzar a dar respuestas institucionales y jurídicas a antiguos problemas de alto impacto social porque la democracia y el mundo diverso, globalizado, permite que nuevos contingentes hagan aparecer nuevas y mayores demandas sociales y las capacidades también se han expandido y están presentes.

BIBLIOGRAFÍA

Abbate, J. (1999). Inventing the Internet, Cambridge, MIT Press.

Castells, M (1999) La sociedad red (2 ed.), Siglo XXI editores.

Carnoy, M. (2000) Sustaining the New Economy. Russell Sage Foundation: New York.

Dicken, P. (1999) Global Shift. PCP ed. London.

Held, D.; Mac Grew, A.; Goldvlatt, D.; Perraton, J. (1999) Global Transformation. Polity Press, Cambridge.

 


 


Notas

(1) Administrador Públio, Magíster en Ciencia Política, Académico del Departamento de Gobierno y Gestión Pública del INAP.

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AGENDA PÚBLICA / AÑO IV - N° 5 - Diciembre 2004 / Enero 2005

®Agenda Pública, Preparada por el Departamento de Gobierno y Gestión Pública
del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.