La organización política
de la sociedad es una construcción histórica que evoluciona
de manera diferente, dependiendo de realidades globales y particulares
de cada lugar y tiempo. El Estado es probablemente la construcción
política mas relevante de la modernidad. No obstante, hacia fines
del siglo XX, aparte de las duras críticas de los mas diferentes
sectores políticos e ideológicos, respecto de sus capacidades
para enfrentar los mas diversos desafíos, constituye una realidad
plenamente vigente. En los últimos años diferentes enfoques
han propuesto abordar la problemática del Estado, o de sus componentes,
con la intención de adecuarlo a los requerimientos de los nuevos
tiempos. Así han surgido respuestas para Reformar el Estado,
para resustancializarlo, para reducirlo, o para reinventar el Gobierno,
entre otras.
Pretendemos realizar aquí, una
reflexión que permita encontrar orientaciones respecto de las
demandas y condiciones que la Sociedad de la Información y el
Conocimiento hace e impone al Estado de este nuevo siglo, atendiendo
a su naturaleza y fines.
Ante ausencia de marcos definitivamente
aceptados parece importante analizar rasgos distintivos de la llamada
sociedad de la Información en los ámbitos de la tecnología,
la economía y la globalización, susceptibles de ser vinculados
al rol del estado, sus funciones y capacidades. Particularmente interesa
porque es plausible trabajar con la hipótesis de que estamos
ingresando, de manera inevitable, a una nueva forma de resolver fundamentales
problemas que han inquietado a la humanidad desde hace mucho tiempo.
La Sociedad de la información y el Conocimiento
En la segunda mitad del Siglo XX se observa un profundo
proceso de transformaciones en el modelo capitalista de desarrollo,
que se acelera en grado impresionante hacia fines del siglo, abarcando
cambios en las matrices económicas, tecnológica, política,
social ideológica y cultural, con el consecuente efecto en la
vida de las personas y las sociedades.
Desde luego caracterizar la Sociedad de la información
y el Conocimiento es una tarea de largo alcance por lo tanto haré
una síntesis basada en algunas lecturas y en las reflexiones
que ellas me han provocado, sobre tres rasgos distintivos y que me parecen
mas relevantes. La intención es avanzar en la construcción
del perfil del Estado, frente a este proceso que transforma de manera
radical el contexto en el que la labor de éste se desenvuelve,
transformándolo en su quehacer, sus fines, sus estructuras, sus
potestades, sus capacidades y quizás su esencia.
1) Desarrollo tecnológico: Si bien, como dice
Castells, la tecnología no determina la sociedad, el impactante
cambio -entendido como revolución de la tecnología de
la información- se expresa en diferentes ámbitos del quehacer
humano y particularmente en las comunicaciones (entre personas, organizaciones,
instituciones) y en la captura, procesamiento y utilización de
la información (para optimizar procesos productivos de bienes
y servicios). Se debe considerar además el prodigioso avance
en el mapeo del genoma humano que tendrá seguramente implicancias
en el futuro desarrollo de la biotecnología, incorporando nuevas
interrogantes, dudas y posibilidades en la vida de las personas, a partir
de las múltiples aplicaciones posibles que se pueden derivar
en el desarrollo de la informática y las comunicaciones, además
de la medicina y los sistemas productivos y de investigación.
La tecnología ha provocado entre muchos de sus
impactos uno de la mayor relevancia, esto es la transformación
que ha tenido en nuestras sociedades el concepto del tiempo. “Este
tiempo lineal, irreversible, medible, predecible se está haciendo
pedazos en la sociedad red, en un movimiento de significado histórico
extraordinario...es la mezcla de tiempos para crear un universo eterno,
no autoexpansivo, sino autosostenido y no cíclico, sino aleatorio,
no recurrente, sino incurrente: el tiempo atemporal”. (Castells
1999.467). ¿Cómo entonces definir políticas, hacer
leyes, tomar decisiones, definir el interés público, establecer
acuerdos, firmar tratados, en suma gobernar y llevar el timón
de la nave sociedad hacia el futuro?.
2) En el contexto de la llamada nueva economía:
El grado de interdependencia e interconexión en la economía
mundial se ha incrementado dramáticamente y eso mismo puede ser
también observado en el sistema político internacional,
el cual puede ser mirado como una web de interdependencia. (Dicken,
1999.79).
Algunas funciones del estado, que son prioritarias desde
el punto de vista económico: Como “contenedor” de
prácticas e instituciones únicas y distintivas, como regulador
de las actividades, como competidor con otros estados tal como puede
competir una firma con otra. Al decir de Porter, las diferencias en
las estructuras económicas nacionales valores, cultura, instituciones,
historia contribuyen intensamente a generar diferencias competitivas.
De allí la importancia del Estado en el papel que pueda jugar
la actividad comercial, la inversión extranjera y las políticas
de desarrollo. Finalmente la otra función tiene que ver con la
circunstancias de la incorporación a los grandes bloques regionales,
identificándose la integración económica como una
de las condiciones mas favorables para potenciar el desarrollo económico.
(Dicken, 1999. 80)
Es en ese contexto que resulta particularmente interesante
analizar el papel del Estado ante el efecto de la sociedad de la información
en la organización del trabajo como actividad humana, y en el
proceso educativo. Deberemos formar, hoy, profesionales y técnicos
para el mundo, y para que trabajen en cualquier lugar del planeta, para
que trabajen con otros individuos provenientes de lugares diferentes
y distantes y para que inicien su proceso de aprendizaje sin terminar
jamás de aprender. Sin embargo, siendo el trabajo el medio de
la especie humana para comprender, modelar y modificar su entorno y
su vida la organización del sistema de producción de bienes
y servicios, deberá contemplar una doble condición ética:
la de la eficiencia (frente a demandas crecientes de la sociedad el
uso óptimo de los recursos se hace obligación ética)
y de la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida de las
personas.
3) El proceso de la globalización: Partiendo de
la premisa que el proceso de globalización es un fenómeno
también comunicacional, pero a la vez económico y cultural
y que muy probablemente se habría visto demorado, sin contar
con las tecnologías de la comunicación disponibles hoy
día.
La globalización puede ser pensada al inicio de
su estudio como un proceso amplio, profundo y veloz de interconexión
a nivel de todo el mundo en todos los aspectos de la vida social, (Held
2001.2) que va desde las expresiones mas elevadas del ser humano hasta
las mas repugnantes. Puede ser concebida como un procesos altamente
diferenciado el cual encuentra expresión en todos los aspectos
claves de la actividad social (Held.2001.12) y, podemos agregar, con
influencia en todos los aspectos de la vida humana.
¿Habría globalización, mas allá
de los mercados tradicionales sin desarrollo tecnológico para
el manejo de la información?. Este mismo proceso mirado desde
distintos enfoques aparece siendo causa y efecto en la Sociedad de la
Información y constituye uno de los rasgos mas radicales de la
transformación económica, cultural y social, generando
nuevas interrogantes en la tradicional dinámica del Estado y
particularmente en las relaciones que los Estado deben establecer, manteniendo
su naturaleza.
El Estado mirando hacia el Siglo XXI
El Estado como construcción histórica se
encuentra en medio de la problemática de la transformación
social. Finalmente es el estado quien a través de las leyes,
políticas, programas y actividades establece los marcos normativos
y orientadores del quehacer de las sociedades.
Durante la segunda mitad del siglo XX junto con identificar
el comienzo de la crisis fiscal que devino en crisis del estado de bienestar,
se iniciaron en prácticamente todos los países procesos
de reforma del estado dirigidos a modernizarlo de tal manera de adecuarlo
a las demandas y retos de los tiempos que se vivían.
Estos procesos han tenido diferentes orientaciones, pero
básicamente, es posible identificar dos grandes etapas, aquellas
de la décadas del setenta y de los ochenta que se pueden resumir
en la idea de la retirada del estado y la irrupción del mercado
y que se caracteriza por la reducción del tamaño del estado,
la desregulación de importantes áreas de la economía
y la devolución de importantes ámbitos de acción
a los particulares. Por otro lado y a partir del Informe del Banco Mundial
del año 1997 se revitalizó la presencia del estado como
factor clave para avanzar en el desarrollo de las naciones.
Es importante señalar que el Estado durante el
siglo XX fue un eficaz promotor del desarrollo científico y tecnológico
a través de su intervención directa en diferentes ámbitos,
y del cual se pueden mencionar los estudios sobre estrategia, aplicados
posteriormente a la empresa, o los desarrollos derivados de la carrera
espacial, o los avances en medicina a través de hospitales públicos,
y, en general mediante la Universidad estatal. En general la mayor o
menor intervención del estado, si bien lo puede hacer aparecer
más fuerte o mas débil, según el caso, no reduce
su importancia e influencia.
¿Cuáles son las exigencias de la sociedad
red?
Las redes, según Castells, constituyen la nueva
morfología social y sus modalidades de acción y de enlace
y comunicación transforman sustantivamente la operación
y resultados de los procesos de producción, la experiencia, el
poder y la cultura.(Castells, 1999.507). Un estado para esta sociedad
debería complementarse, ajustarse, integrarse y de pronto fusionarse
con ella (la sociedad), manteniendo sus capacidades y poderes que le
son connaturales a su esencia. La multiplicidad de organizaciones sociales,
representantes de intereses diversos y múltiples puede provocar
una congestión de demandas y saturar las capacidades del estado
para responder.
La posibilidad de extremar las capacidades de comunicación
del estado con los ciudadanos a través de la red utilizando para
ello todas las facilidades que pueda entregar el e: goverment será
útil. Por otro lado la posibilidad de ampliar sustancialmente
las opiniones que los ciudadanos y las personas en general, jóvenes,
niños, ancianos, trabajadores, todos los integrantes de la sociedad
a los legisladores a cargo de hacer la ley puede también contribuir
a tener un parlamento mejor sintonizado con las demandas e interese
e aquellos que les entregaron el poder para hacer la ley. Asimismo se
puede contribuir eficazmente a trasparentar la función legislativa.
Una red es un conjunto de nodos interconectados, siguiendo
a Castells. Las redes son estructuras abiertas capaces de crecer sin
limitaciones, manteniendo los mismos códigos que les permitan
estructurar una comunicación fluida. Muy probablemente el estado
actual y con mayor razón el del futuro deberá mantener
entre sus principales capacidades la de mantener una comunicación
y una interacción fluida con redes de demandas y de acción
de la sociedad civil, del mundo exterior y de sus propias agencias distribuidas
y descentralizadas y desconcentradas en su territorio y también
con otras presentes en otros territorios
El estado debe aprender a adecuarse a la transformación
social, la turbulencia, velocidad, intensidad y globalidad de los cambios
que requiere de un estado extraordinariamente ágil, atento y
eficaz, con un alta capacidad de seguimiento y adaptación para
monitorear, orientar y regular la inestabilidad natural que generan
dinámicas del desarrollo científico, y de las aplicaciones
tecnológicas en los mas diversos ámbitos de la vida en
sociedad.
A modo de conclusión: ¿Qué Estado
entonces?
El estado en la sociedad de la información y el
conocimiento debiera centrarse en su papel de cohesionador e integrador
de la sociedad, entregando las bases para la reducción y control
de los naturales conflictos de la sociedad, particularmente en un mundo
turbulento y globalizado, lo que supone regular lo necesario e intervenir
en la medida de lo social y políticamente pertinente, para asegurar
gobernabilidad, facilitando la protección de los derechos de
las personas en un contexto de cambio acelerado y de alta competitividad,
regulando las condiciones que permitan la interacción de los
individuos y las organizaciones independientemente del territorio geográfico
en que vivan, e incorporando a los individuos y las agrupaciones en
la solución de sus problemas inmediatos, en la formulación
de las políticas y en las grandes decisiones referidas al futuro
de las sociedades.
El actual cuadro de transformaciones nos lleva preguntarnos
si existen efectivamente cambios en cuestiones esenciales que conforman
el concepto de estado. Por ejemplo siguiendo a Held deberíamos
preguntarnos si se encuentran en modificación elementos tales
como la territorialidad, el control monopólico de la fuerza y
la violencia, una estructura impersonal del poder y los componentes
de legitimidad necesarios. (Held.2001.45). Pareciera ser que en todos
aquellos casos hay cambios que, sutiles o no, están reconfigurando
la esencia básica del estado. A modo de ejemplo y -en razón
de los límites del presente trabajo- se pueden mencionar, como
efectos en aquellos elementos, hechos tales como la integración
económica y política, la presencia de tribunales internacionales
(TPI), unidad monetaria y otros problemas que constituyendo parte de
la agenda global, que construida con arreglo a intereses y expresiones
de poder, marca las preocupaciones básicas de los países
(medio ambiente, salud, lucha contra el crimen organizado, terrorismo
y varios más).
Está mas que claro que la respuesta neoliberal
caracterizada, entre otras cuestiones por: la búsqueda del estado
mínimo, fuerte ajuste fiscal, mercados desregulados, apertura
comercial, flexibilización de los mercado laborales y condicionada
por la necesidad de regímenes con autoridades sólidas,
tocó fondo al correr de los “90. porque se tornó
incapaz para las emergentes necesidades de la globalización de
los mercados y de la inserción de los países en el mundo
y ante las necesidades derivadas de la construcción democrática,
y de la actualización de las viejas estructuras burocráticas.
No se debe desconocer que en estos tiempos han surgido
alternativas de variada denominación, según el cristal
con que se mire, neoinstitucionalista, neoestructuralista, desarrollista,
progresista, las que -énfasis más o menos en determinadas
cuestiones- coinciden en:
- La necesidad de regular los mercados
- Búsqueda de complementariedad entre lo público y lo
privado.
- Profundizar la democracia.
- Un estado del tamaño necesario, ágil, flexible y capaz.
- Un nuevo concepto de eficiencia.
No obstante, estas alternativas se encuentra con realidades
un poco mas complejas. Hechos tales como: la utilización extendida
de las tecnologías de la información, consecuentemente
la ubicuidad ya no solo del estado sino que también de la sociedad
y sus demandas, el tremendo impacto de la biotecnología y la
necesidad creciente del desarrollo de la bioética, la geografía
como componente sustancial, cambio del concepto de tiempo y espacio,
una redefinición de la concepto de sector público y sector
privado y una nueva manera de ver el papel del estado y del mercado,
la necesidad de cooperación con la red universal y caótica
y con el mosaico reunido de disciplinas, enfoques, nacionalidades, geografías,
pensamientos políticos, religiosos diversos y distantes, entre
otras. Todo ello en un mundo participativo y masivo.
Así, es menester de la supervivencia del estado
y quizás de la sociedad –tarea nunca terminada- descubrir
nuevas formas de hacer y de recrear la relación con la sociedad
civil nacional e internacional y con las personas que son los entes
básicos y fundamentales de la transformación social. Si
ya existe e concepto de e:goverment Parece posible hablar en el futuro
de democracia electrónica y es claramente posible pensar en una
sociedad civil mas cercana al Estado a través de Internet. Se
hace imprescindible, entonces, comenzar a dar respuestas institucionales
y jurídicas a antiguos problemas de alto impacto social porque
la democracia y el mundo diverso, globalizado, permite que nuevos contingentes
hagan aparecer nuevas y mayores demandas sociales y las capacidades
también se han expandido y están presentes.
BIBLIOGRAFÍA
Abbate, J. (1999). Inventing the Internet, Cambridge,
MIT Press.
Castells, M (1999) La sociedad red (2 ed.), Siglo XXI
editores.
Carnoy, M. (2000) Sustaining the New Economy. Russell
Sage Foundation: New York.
Dicken, P. (1999) Global Shift. PCP ed. London.
Held, D.; Mac Grew, A.; Goldvlatt, D.; Perraton, J. (1999)
Global Transformation. Polity Press, Cambridge.
Notas
(1) Administrador Públio, Magíster
en Ciencia Política, Académico del Departamento de Gobierno
y Gestión Pública del INAP.
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