AÑO IV - Nº7, SEPTIEMBRE 2005
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EDITORIAL
 

Elecciones Primarias: Análisis desde la Teoría de Juegos y aproximaciones a modelos estadísticos explicativos.
Por Mauricio Morales Q.

 

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ELECCIONES PRIMARIAS: ANÁLISIS DESDE LA TEORÍA DE JUEGOS Y APROXIMACIONES A MODELOS ESTADÍSTICOS EXPLICATIVOS

Mauricio Morales Quiroga
Profesor Escuela Ciencia Política, Universidad Diego Portales

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Cita/Referencia:
Morales Q., Mauricio. Elecciones primarias: análisis desde la teoría de juegos y aproximaciones a modelos estadísticos explicativos. Agenda Pública, Año IV: Nº7, septiembre 2005.
http://www.agendapublica.uchile.cl/n7/1.html

 

1-. Introducción

Las elecciones primarias son aquellos mecanismos electorales destinados a resolver una contienda política de definición de candidatos dentro de un partido o coalición mediante el voto de la ciudadanía o de los militantes (Colomer, 2002). Por ende, es visto como un proceso capaz de incrementar los índices de "democracia interna" de los partidos y su credibilidad en la opinión pública (Barreda, 2004). Pero pocas veces es analizado como un juego de actores racionales donde la decisión de "jugar" una primaria depende de los costos de transacción y la utilidad esperada. Además, el análisis empírico no permite realizar afirmaciones respecto a que la existencia de elecciones primarias favorece la credibilidad y confianza en los partidos políticos.

En este artículo abordamos el estudio de las elecciones primarias desde la perspectiva de los actores racionales y mediante un análisis estadístico de los países latinoamericanos.

Dentro de una coalición o de un partido, las posibles estrategias de los actores son al menos dos: competir en elecciones primarias, o, simplemente, negociar previo a este proceso (Matas, 2000: 48). De esta manera, surgen problemas de coordinación estratégica dadas las condiciones para ejercer la acción colectiva de los integrantes de un partido o coalición en función de los beneficios a obtener. Así, es posible que el primer paso sea la negociación, es decir, la instauración de mecanismos descentralizados para resolver problemas de cooperación (Elster, 1993: 135).

Estas estrategias están determinadas, además, por el entorno institucional. En este sentido, los sistemas electorales son fundamentales para explicar la estructura de incentivos de un partido o tendencia (Cox, 2004: 22). Por ejemplo, en un sistema de doble voto simultáneo (DVS), los incentivos para participar en una elección primaria son mínimos o inexistentes. La contienda electoral se resuelve el mismo día de la elección, y no es necesario definir candidatos con anterioridad. Las luchas intestinas de los partidos se postergan hasta ese día, y sus tendencias pueden presentar los respectivos candidatos para competir sin desangrar internamente al partido (Reynoso, 2004: 68-72). De esta manera, dado el entorno institucional, las primarias no serían necesarias.

Pero el DVS es un sistema electoral que ha ido en retroceso. Hoy asistimos, al menos en América Latina, a sistemas proporcionales o mixtos en estricto rigor (Nohlen, 1995). Los partidos y las coaliciones buscan definir un candidato con anterioridad a la elección final mediante el proceso de primarias. En una estructura de costos de transacción, las primarias reducen el costo externo; es decir, la posibilidad de que las tendencias de los partidos o los integrantes de una coalición decidan competir hasta el día de la elección, afectando de esta manera su caudal de votos y las posibilidades de triunfo (Colomer, 2002). Por otra parte, se incrementan los costos internos de la decisión. Partidos y tendencias deben negociar el tenor del proceso de primarias, las condiciones luego de la elección y los costos económicos que implica la realización del acto electoral. Si bien los costos internos se incrementan, los costos externos parecen ir en descenso. Las candidaturas únicas dentro de un partido o coalición lograrán, dada la imagen de unidad, cautivar de mejor forma al electorado.

2-. Primarias en América Latina: juegos de coordinación estratégica

El caso de primarias más conocido y analizado a nivel mundial es el de Estados Unidos. Sin perjuicio de esto, no es menos cierto que el tema comienza a adquirir mayor relevancia en América Latina. Hemos observado una tendencia de incremento en el desarrollo de primarias considerando los procesos de transparencia, apertura y participación al elegir dirigentes y candidatos partidarios (Barreda, 2004).En América Latina podemos observar tres grandes grupos de países: a) los que tienen incorporado el sistema de primarias en la legislación: Bolivia, Costa Rica, Honduras, Panamá, Paraguay, Uruguay; b) los que incorporan este sistema en la práctica, pero no en la legislación: Argentina, Colombia, Chile, México, Nicaragua, República Dominicana; c) y los que no tienen incorporado este sistema ni en la legislación como tampoco de manera práctica: Brasil, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Perú, Venezuela (Alcántara, 2002: 31).

También existen diferencias de niveles de aplicación del sistema de primarias: lo primero es el ámbito o régimen político, es decir, si se aplica en partidos unitarios o en coaliciones; luego, si el calendario de primarias establece sólo elecciones individuales o simultáneas; desde la perspectiva de la base partidista, si las elecciones son abiertas o cerradas y, finalmente, si son reguladas o no regularas por la autoridad electoral nacional (Alcántara, 2002: 36).

Los trabajos citados analizan las elecciones primarias desde una perspectiva casi absolutamente institucional. Sin descuidar este factor, presentamos un análisis del proceso a partir de la lógica de actores racionales. ¿En qué medida los resultados de una interacción estratégica son explicados por la estructura de incentivos y la fuerza negociadora de tendencias partidarias o partidos dentro de una coalición? Para responder esta pregunta imaginemos las decisiones de una coalición de acuerdo a dos estrategias centrales: a) competir en primarias; b) negociar y evitar primarias. Un supuesto, sólo aplicable a este caso, es que el jugador 1 tiene mayor peso electoral que el jugador 2 dentro de la coalición. Por tanto, el juego de forma extensiva estaría dado por lo siguiente:

Figura 1: Juego de competencia en primarias o negociación, forma extensiva

N = NEGOCIAR
P = PRIMARIAS
BA = BENEFICIOS ALTOS DE LA NEGOCIACIÓN
BB = BENEFICIOS BAJOS DE LA NEGOCIACIÓN
SP = SALIR DEL PACTO O COALICIÓN
PT = PÉRDIDA TOTAL ABSOLUTA
NB = NO BENEFICIOS
BI = BENECICIOS ÍNFIMOS
Pr = PÉRDIDA RELATIVA
Pt = PÉRDIDA TOTAL.

El orden de preferencias de jugador 2 es: BA > BB > BI > NB > Pr > Pt > PT > SP. El jugador 1, en tanto, prefiere: NB> BI > PT > Pt > Pr > BB > BA > SP

El mejor pago para el jugador 2 está en la línea de las negociaciones antes que en la competencia, lo que contrasta con el jugador 1 que, al ser el partido fuerte de la coalición (o, también aplicable, a una tendencia fuerte dentro de un partido) tiene altos incentivos para elegir "primarias". Pero en este último caso la situación no es del todo clara, pues la estrategia bien podría consistir en someterse a un proceso de negociación, evitar el costo de una primaria y acceder igualmente a un juego victorioso.

Para comprender de mejor lo anterior, hemos diseñado un juego de forma estratégica, considerando tan sólo las opciones de competir o negociar, teniendo como foco el juego de forma extensiva ya presentado. Así, surge la siguiente matriz de pagos.

Figura 2: juego de competencia en primarias o negociación, forma estratégica

La estrategia dominante del jugador 2 siempre será la negociación, mientras que el jugador 1 no presenta una estrategia de este tipo, pues puede alcanzar ganancias relevantes negociando o compitiendo. Incluso, su mejor pago se da cuando "2" decide competir en circunstancias que él decidió negociar.

Este juego nos permite comprender la naturaleza de una primaria. En caso de que en esta coalición hubiese una situación de equilibrio entre los jugadores, lo más probable es que la competencia se llevara a cabo. Por tanto, el desarrollo de este tipo de eventos depende en mayor medida de las estructuras de incentivos y utilidades esperadas de los jugadores que de cualquier otra consideración, salvaguardando, eso sí, los marcos institucionales en que se desenvuelven tales interacciones.

3-. Las primarias desde el análisis empírico

Una segunda estrategia para encarar el tema de las elecciones primarias consiste en el análisis estadístico de los datos disponibles. Es muy lógico pensar que existe una relación directa entre el Número Efectivo de Partidos y la falta de credibilidad de estas colectividades. Es decir, mientras más partidos existen, mayor será el nivel de descontento ciudadano con el rol de estas instituciones. Tal hipótesis es perfectamente contrastable con los datos.

Para ello nos valemos del estudio elaborado por Manuel Alcántara (2002), quien calcula el NEP de acuerdo a la fórmula de Laakso y Taagepera (1979) en los países latinoamericanos, al igual que el nivel de desaprobación hacia los partidos políticos de acuerdo a encuestas del Latinobarómetro. En este caso, utilizamos la categoría "ninguna confianza en los partidos políticos".

Luego, dividimos los casos considerando si los países latinoamericanos practican o no las primarias, independiente de si éstas se incluyen en la legislación, o si definitivamente no las utilizan. Al realizar el modelo de regresión con la variable "dummy" países con primaria = 1 (Círculos en color azul en el diagrama), países sin primarias = 0 (Triángulos color rojo en el diagrama), los resultados son los siguientes:

Figura 3: diagrama de dispersión "ninguna credibilidad en partidos" y número efectivo de partidos, por países con y sin primarias

(*) Significante al p?0.1; (**) Significante al p? 0.05; (***) Significante al p?0.01
Fuente: Elaboración propia con datos extraídos de Alcántara, 2002.

La tendencia esbozada en párrafos anteriores es correcta. Es decir, mientras el NEP se eleva, también lo hace la nula credibilidad en los partidos. Luego, sorprende el hecho de que no existan diferencias significativamente estadísticas entre los países con y sin primarias. El comportamiento es muy similar. Por ende, no podemos aseverar, con un grado significativo de confianza estadística, que un país que implemente elecciones primarias tenga, necesariamente, mejores índices de aprobación a los partidos. Esto se explica por la baja confianza estadística del modelo considerando la variable "dummy" creada de acuerdo a los países con elecciones primarias. Si la prueba fuese estadísticamente significativa, entonces sí podríamos aceptar la hipótesis de que las elecciones primarias, en efecto, sean un factor explicativo para la mayor confianza en los partidos. En este caso, la prueba no nos permite sostener tal afirmación.

Con lo anterior persisten algunas dudas sobre si, efectivamente, las primarias favorecen tanto la democracia interna de los partidos como su percepción en la opinión pública. No existen diferencias significativas entre países con primarias y países sin primarias en un modelo de regresión con "ninguna credibilidad en partidos" como variable dependiente" y NEP como variable independiente.

Aunque, en honor a la prueba estadística, observamos que el mayor rechazo a los partidos se da en países que no tienen primarias, como es el caso de Venezuela y Ecuador.

4-. Conclusión

Las elecciones primarias se presentan como escenarios donde los actores intentan maximizar sus beneficios de acuerdo a los procesos de interacción estratégica. La otra alternativa consiste en solidificar dinámicas de negociación que reemplacen la elección primaria, eliminando sus costos y favoreciendo así el desempeño electoral de partidos y coaliciones que evitan la competencia interna trasladando sus recursos a las campañas.

El argumento de que las elecciones primarias traen como consecuencia una mayor credibilidad de los partidos políticos dado el incremento de la "democracia interna", no se sostiene mediante el análisis empírico. Nuestro modelo da cuenta de la inexistencia de diferencias significativas entre países con y sin primarias de acuerdo a la significancia de la prueba.

BIBLIOGRAFÍA

ALCÁNTARA, Manuel (2002), "Experimentos de democracia interna: las primarias de partidos en América Latina", Working Paper, #293 - April 2002, artículo en línea http://www.nd.edu/~kellogg/WPS/293.pdf

BARREDA, Mikel (2004), "La democracia interna de los partidos: un desafío del desarrollo en América Latina", artículo en línea, http://www.iigov.org/gbz/article.drt?edi=14282&art=14303

COLOMER, Joseph (2002), "Las elecciones primarias presidenciales en América Latina y sus consecuencias políticas", en Marcelo Cavarozzi y Juan Manuel Abal Medina (eds.): El asedio a la política. Los partidos políticos en América Latina en la era neoliberal. Buenos Aires: Gedisa, 2002, artículo en línea,
http://www.cide.edu/investigadores/Josep_Colomer/
Elecciones primarias en America Latina.htm

COX, Gary (2004), La coordinación estratégica de los sistemas electorales del mundo. Hacer que los votos cuenten, Barcelona, Gedisa.

ELSTER, Jon (1993), Tuercas y tornillos. Una introducción a los conceptos básicos de las ciencias sociales, Barcelona, Gedisa.

LAAKSO, M. y S. Taagepera (1979), "Effective Number of Parties: A Measure with Application to West Europe", Comparative Political Studies, Vol. 12, N°1, abril.

MATAS, Jordi (editor) (2000), Coaliciones políticas y gobernabilidad, Barcelona, Institut de Ciénces Politiques i Socials.

NOHLEN, Dieter (1995), Sistemas electorales y partidos políticos, México, Fondo de Cultura Económica.

REYNOSO, Diego (2004), Las desventajas del "Doble Voto Simultáneo". Argentina en perspectiva comparada, Perfiles Latinoamericanos, N° 24, pp. 67-83.

 

 

AGENDA PÚBLICA / AÑO IV – N° 7- Septiembre 2005

®Agenda Pública, Preparada por el Departamento de Gobierno y Gestión Pública
del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.