AÑO V - Nº8, ENERO 2006
HOME
ISSN 0718-123X   
menu_actual
EDITORIAL
 

El desafío de la reforma policial en américa Latina.
Por Hugo Frühling

 

La delincuencia en Chile: un análisis de las víctimas.
Por Mauricio Olavarría G.

 

Impacto de la Reforma Procesal Penal en indicadores de seguridad ciudadana.
Por Alejandra Mohor y Víctor Covarrubias

 

El sistema penitenciario chileno, una aproximación crítica.
Por Francisco Prado

 

NUMEROS ANTERIORES

 

LA DELINCUENCIA EN CHILE: UN ANÁLISIS DE LAS VÍCTIMAS (*)

Mauricio Olavarría Gambi, Ph.D
Director del Departamento de Gobierno y Gestión Pública. Instituto de Asuntos Públicos, Universidad de Chile.
   
Cita/Referencia:
Olavarría G., Mauricio. La delincuencia en Chile: Un análisis de las víctimas. Agenda Pública, Año V: Nº8, Enero 2006.
http://www.agendapublica.uchile.cl/n8/2.html
  Desacargar en formato PDF (151 KB)

1-. Introducción.

¿Quiénes son los principalmente afectados por la delincuencia en Chile? La percepción ciudadana sobre la evolución de los indicadores relacionados con la delincuencia ha puesto a este problema en los primeros lugares de la agenda pública (ver, por ejemplo, CEP 2005). Las intervenciones del gobierno han apuntado a aumentar los recursos a las policías, a reforzar la oferta pública existente en materia de seguridad ciudadana (1) y a la implementación de políticas antidelictivas. Entre estas últimas se pueden citar los siguientes programas impulsados por el gobierno: la "Reforma Procesal Penal", el "Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva", el Programa "Comuna Segura, Compromiso 100", "Barrio Seguro", "Política sobre Drogas" impulsada por el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE), la "Política Penitenciaria", los programas impulsados por el Servicio Nacional de Menores (SENAME) y las "Acciones de las Gobernaciones en materia de Seguridad Ciudadana" (ver DSCMI 2004).

El análisis acerca de quienes son las víctimas y la identificación de los niveles de victimización permite establecer perfiles de los grupos y barrios más propensos a sufrir la acción delictual. Ello genera información útil para el diseño de intervenciones orientadas no sólo a evitar la victimización y combatir a los delincuentes, sino también al diseño de mecanismos de disuasión y políticas dirigidas a la prevención del crimen. Asimismo, una pregunta natural que surge de este análisis es como se comparan los indicadores de victimización chilenos con aquellos que reportan los estudios internacionales.

Basado en la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana 2003, este artículo caracteriza a las víctimas de la delincuencia en Chile. También compara los niveles de delincuencia en Chile con indicadores internacionales extraídos de la "International Crime Victims Survey" del año 2000 (ICVS).

Los delitos analizados en este artículo son robos, hurtos, lesiones y corrupción. En el caso de los robos, los tipos analizados son robo de vehículo, robo desde el vehículo, robo con fuerza en la vivienda, robo con sorpresa en las personas, robo con violencia o intimidación en las personas. Los tipos de hurto considerados son los hurtos de especies, hurto de vehículo y hurtos desde el vehículo.

2.- Nivel de victimización delitual en Chile y comparada

De acuerdo a la ENUSC 2003, 30,7 por ciento de la población representada en la encuesta (2) fue víctima de uno o más de los delitos consultados en los 12 meses previos a la encuesta (3). Los delitos más recurrentes en Chile son robo desde el vehículo, robo con fuerza y hurto.

La comparación del nivel de victimización delictual chileno con los datos aportados por la ICVS 2000 muestra que Chile se ubicaría en el lugar 28 de 72 países, donde el 1 es el de más baja victimización y el 72 el de más alta (Cuadro 1). Chile presenta más alta victimización que los países desarrollados, pero ostensiblemente más bajos niveles de delincuencia que la mayoría de los países subdesarrollados. Los delitos en que Chile presentaría una peor situación comparada son: robo desde el vehículo (lugar 67), robo por sorpresa y/o violencia (lugar 56) y robo con fuerza (lugar 51). Los delitos en que Chile muestra una mejor posición relativa son: hurto (lugar 9), corrupción (lugar 14) y robo de vehículo (lugar 15). El análisis sobre la victimización delictual en Chile también describe una situación de alta incidencia de delitos de bajo valor.

Adicionalmente, un estudio sobre victimización general, basado en datos provenientes del Latinobarómetro (4) y encuestas de victimización de Perú, El Salvador y Colombia, Gaviria y Pagés (2000) constata que Uruguay, Panamá y Chile presentan las menores tasas de victimización en América Latina.

Cuadro 1. Victimización General Comparada

Fuente: ICVS 2000 y ENUSC 2003.

Por otro lado, la comparación de la cifra negra con la de los países incorporados en la ICVS 2000 muestra que la denuncia de delitos en Chile es comparativamente baja. Ello podría sugerir baja confianza institucional o que el valor de lo robado o hurtado es bajo, por lo que no habrían mayores incentivos a denunciar. En ese caso, el costo de oportunidad de denunciar sería más alto que el valor de la pérdida por la acción delictual.

3.- Distribución de la victimización

La víctimas de la delincuencia provienen principalmente del estrato socioeconómico D (casi - pobres) seguido por el C3 (medio) y, a mucha distancia, el E (pobre), C2 (medio - alto) y ABC1 (ricos) (Cuadro 2). Es necesario señalar que el estrato más numeroso es el D, seguido por el C3, E, C2 y ABC1.

Cuadro 2. Origen socioeconómico de las víctimas de la delincuencia.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de ENUSC 2003

Desde un punto de vista de la proporción de personas de cada estrato socioeconómico que es victima de la delincuencia se tiene que el grupo medio - alto (C2) es el que presenta la mayor victimización, seguido por el estrato medio (C3), los más ricos (ABC1), los casi pobres (D) y, finalmente, en este análisis aparecen los pobres (E) como los menos victimizados (Cuadro 3). El cuadro 3 también muestra que el nivel de victimización del estrato más rico es un poco más alta que la victimización que sufren los casi pobres (5) y levemente inferior a la que sufre el estrato medio (C3).

Cuadro 3. Victimización general según nivel socioeconómico de las víctimas.

Fuente: Elaboración personal a partir de datos de ENUSC 2003

Ambos tipos de análisis, tanto el referido al origen socioeconómico de las víctimas, como el de la victimización relativa (de cada estrato), muestra que los ricos no son los más afectados por la delincuencia, como podría esperarse dado que ellos poseen más bienes de mayor valor y más atractivos para los delincuentes. Por ejemplo, el estudio de Gaviria y Pagés (2000) ya citado concluye que el perfil de las víctimas de delitos en América Latina corresponde a personas y hogares pertenecientes a estratos socioeconómicos medios y superiores que tienden a vivir en grandes ciudades.

La evidencia que recoge el estudio sobre victimización en que se basa este artículo (Olavarria 2005) es que los estratos más ricos disponen de mecanismos de protección y seguridad - y que los sectores medios e inferiores no pueden adquirir -, cuestión que desincentiva la victimización hacia ellos. Así, delincuentes motivados trasladan su blanco de ataque a personas y grupos con menor potencial económico, pero más fácil de victimizar dada su menor capacidad de protección.

4.- Perfil de las víctimas (6)

Siendo en general baja la probabilidad de ser objeto de un robo, los casi ricos (estrato C2) presentan una mayor probabilidad de ser víctimas de un robo, seguidos por la clase media (estrato C3), los casi pobres (estrato D), los pobres (estrato E) y, finalmente, los ricos (estrato ABC1), quienes tienen una muy baja probabilidad de sufrir un robo. Asimismo, el análisis de probabilidad revela que los casi ricos, la clase media, los casi pobres y las mujeres son más propensos a sufrir robo de vehículo y que mayores niveles de escolaridad se correlacionan negativamente con este delito.

A su vez, el análisis también revela que los hombres tienen una más alta probabilidad de ser víctimas de robo con violencia, que hay una mayor probabilidad que el robo por sorpresa se produzca fuera del barrio, que los hogares con dos o menos personas son más propensos a sufrir robo con fuerza. Asimismo, la evidencia que provee el estudio de victimización en que se basa este artículo muestra que los estratos socioeconómicos medios e inferiores y las personas con trabajo son más propensos a sufrir robo por sorpresa, y que es más probable que este delito se cometa fuera del barrio; que las personas que más probablemente son afectadas por robo con violencia son menores de 59 años (aunque los menores de 30 años presentan una probabilidad marginal más alta), hombres, con trabajo y obreros; y que las víctimas del delito de hurto son más probablemente personas pertenecientes a los estratos medios y casi pobre y que desempeñan roles de jefatura en sus trabajos. El estudio también muestra que los pobres (estrato E) y los hombres son los que presentan la más alta probabilidad de ser víctimas del delito de lesiones y que más años de edad se correlaciona negativamente con ser victimizado por este delito.

Quienes son más propensos a sufrir reiteradamente un ataque delictual son personas de clase media, los casi pobres, quienes se desempeñan laboralmente como obreros o administrativos, aquellos hogares en que viven menos de tres personas y quienes viven en comunas de alta densidad poblacional y en barrios con problemas situacionales, de drogas y falta de vigilancia policial.

Por otro lado, el análisis sobre las medidas de protección que toman los ciudadanos para evitar ser víctima de los delincuentes revela que los ricos presentan un muy alta probabilidad de tener un arma, que a medida que se descienda en los estratos socioeconómicos esta probabilidad también baja y que la probabilidad de adquirir un arma para los pobres es casi inexistente, presumiblemente por su muy escasa capacidad de compra. La evidencia también muestra que es más probable que ricos, el estrato medio - alto y los hogares en que viven dos o menos personas contraten servicios de alarma y vigilancia, y que quienes mas probablemente instalan rejas y contratan seguros son las personas que tienen empleo y los hogares en que viven dos o menos personas. Adicionalmente, el análisis también revela que el modo de evitar de ser victimas de la delincuencia que tienen las personas de menores ingresos es cambiar de hábitos, es decir evitar salir muy temprano en la mañana, volver tarde en la noche o no transitar por lugares riesgosos.

5.- Conclusiones e implicancias de política pública

La victimización delictual en Chile es baja comparada con el resto de América Latina y países en desarrollo, aunque más alta que la que exhiben los países desarrollados. Asimismo, el análisis revela que hay una alta incidencia de delitos de poca monta, lo que estaría directamente relacionado con el bajo nivel de denuncia que muestra Chile.

El análisis de la victimización general revela que, en Chile, ella se concentra en los sectores medios y casi pobres - C2, C3 y D. Asimismo, el análisis muestra que son estos mismos segmentos los que tienen una más alta probabilidad de sufrir algún tipo de robo - del vehículo, desde el vehículo, con fuerza, por sorpresa o con violencia - y hurto. Esto configura una situación que muestra que los delitos con motivación económica - excluidos los delitos económicos - afectarían principalmente a los sectores medios. Los más ricos presentarían una menor probabilidad de ser victimizados por estos delitos simplemente porque ellos tienen mayor capacidad de brindarse medidas de protección, cuestión que actuaría como disuasivo de la acción criminal hacia ellos.

Los delitos de contacto con motivación económica - robo con violencia y robo por sorpresa - presentan una mayor probabilidad de afectar a trabajadores de sectores populares y cometerse fuera del barrio. Este es un tipo de victimización muy determinada por la convergencia de hechos que crean la oportunidad propicia para que el delito se cometa: trabajadores que van o vienen de sus fuentes laborales y que, en el trayecto, sufren un robo - son cogoteados o sufren lanzazos -; hombres jóvenes que, dadas sus conductas de riesgo, sufren agresiones; victimización múltiple muy influida por persistentes problemas situacionales y vigilancia policial inadecuada en barrios; y hogares con bajo número de integrantes, lo que los hace ser relativamente más accesible para la delincuencia.

El análisis de la reacción a la delincuencia ilustra una situación en que quienes han sido victimizados por delitos de motivación económica, los sectores más acomodados y aquellos hogares con menos de tres integrantes son quienes aparecen más inclinados a tomar medidas de prevención o protección de la delincuencia. En este contexto, mientras quienes tienen mayores posibilidades económicas presentan una mayor propensión a acceder a mecanismos de protección como comprar armas, seguros, rejas, alarmas y vigilancia, los segmentos medios y populares se inclinan por cambiar hábitos para evitar ser victima de un acto delictual.

Así, el panorama que describe el análisis es el de una relativa alta incidencia de delitos de oportunidad y de poca monta - pero de alto costo emocional -, que más probablemente se asocian a entornos caracterizado por problemas situacionales no resueltos y con menor resguardados contra la acción delictual, y que más persistentemente se concentran en sectores medios y populares, los que, a su vez, sólo disponen como alternativa real cambiar de hábitos para evitar ser victimizados.

Este panorama acerca de la victimización delictual hace necesario, entonces, diseñar intervenciones de política pública que permita reducir la probabilidad de ocurrencia de estos delitos de oportunidad. Ello implica el diseño de una estrategia de prevención situacional del crimen, cuyo foco de acción se concentra en las victimas, servicios de vigilancia y los delincuentes.

Este tipo de estrategia prescribe que la acción sobre las potenciales víctimas apunta a reducir su exposición a la acción del crimen, los servicios de vigilancia - a través de acciones comunitarias o de la policía - se focalizan en los lugares de mayor ocurrencia de delitos y la acción sobre los delincuentes apunta a una mayor efectividad policial, de los tribunales y a una mayor severidad de las penas.

BIBLIOGRAFÍA

CENTRO DE ESTUDIOS PÚBLICOS (CEP) (2005). "Estudio de Opinión Pública Nª 51", Octubre - Noviembre 2005. Santiago: CEP.

CESC. (2003). "Oferta Pública y Privada en Seguridad Ciudadana", Santiago; CESC, Universidad de Chile.

DIVISIÓN DE SEGURIDAD CIUDADANA DEL MINISTERIO DEL INTERIOR (DSCMI). (2004). "Diagnóstico de la Seguridad Ciudadana en Chile", Foro de Expertos en Seguridad Ciudadana, Documento de Trabajo Nª 1, Santiago: DSCMI.

GAVIRÍA, Alejandro y Carmen Pagés. (2000). Patterns of Crime Victimization in Latin America. Washington DC: Banco Interamericano de Desarrollo.

OLAVARRÍA GAMBI, Mauricio. (2005). "Victimización en Chile", Santiago: Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana, Universidad de Chile - Ministerio del Interior; 96 págs.

_____________

NOTAS

* Este artículo se basa fuertemente en la investigación de este autor sobre "Victimización en Chile", CESC - Ministerio del Interior, Noviembre 2005.

volver

1. Un detalle de la oferta pública en seguridad ciudadana en CESC 2003.

volver

2. Aunque las 13 regiones están incluidas en la encuesta, el universo de la ENUSC 2003 es población perteneciente a las 77 comunas urbanas más pobladas del país. Así, el universo de la encuesta esta constituido por 9.969.242 personas, que corresponden al 65 por ciento de la población de Chile.

volver

3. En el nivel de victimización que se ha estimado se incluyen todos los delitos consultados por la ENUSC 2003, esto es robos, hurtos, lesiones, corrupción y delitos sexuales. Excluyendo estos últimos el nivel de victimización delictual en Chile es el 30.3 por ciento de la población representada en la encuesta.

volver

4. El Latinobarómetro pregunta si la persona encuestada o algún miembro de su familia ha sido víctima de algún delito en los pasados doce meses.

volver

5. La expresión casi pobre hace referencia a aquellas personas, hogares y grupos que son técnicamente no pobres (con ingresos bajo la línea de la pobreza), pero que están cerca de serlo.

volver

6. La evidencia empírica en que se basa esta sección puede ser consultada en Olavarria (2005).

volver

 


 

 

 

 

 

 

 

 

AGENDA PÚBLICA / AÑO V – N° 8- Enero 2006

®Agenda Pública, Preparada por el Departamento de Gobierno y Gestión Pública
del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.